II EDICIÓN (2019)


FORTALEZA ANTE LA ADVERSIDAD




Contemplo a este árbol desnuda, cual vestidura, es reflejo de su fortaleza, pura naturaleza, muerta y a la vez viva. Latente e imponente el que no se deja vencer fácilmente. En él, se reflejan los duros inviernos que tuvo que soportar en su soledad, pero a la vez rodeado siempre de seres vivos, para que la vida le sea de sabor dulce a pesar de la adversidad.

Viento, pensamiento, voces...

"Hay momentos que me siento al borde del abismo, siento que puedo ofrecer muy poco, me siento viejo y sin fuerzas, alejado de los demás. Me falta color e ilusión. Como ves, solo soy un árbol torcido debajo de las estrellas, amenazado de muerte como todos, pero si se acercan a mí, soy capaz de transmitir paz y tranquilidad. Lo digo con total sinceridad.

En este espectáculo que admiro, formando una alfombra de color marrón con las hierbas y con su olor sin igual, el cielo mi techo. Me acompaña siempre dándome lo que necesito en cada momento, agua, cuando estoy sediento; sol, después de una tormenta y brisa, que hace que en días grises, me saque la sonrisa.

Siento que mi juventud se va acabando con cada amanecer. Mi impaciencia en verano es insoportable. Deseo aguantar los largos días para al fin sentirme vivo junto al ocaso.

El misterio de las estrellas, con su belleza y brillo natural. Disfruto de ellas, la noche es toda para nosotros. Disfruto de ellas, mientras no ocurra ninguna torpeza del cielo, que dé lugar al amanecer y amargue mi amor por ellas. Y solo me queda contar las horas, para que sea de noche y pueda volver a verlas.

Si las piedras pudieran hablar os contarían que mi corazón se rompe en mil pedazos en las noches negras sin estrellas. Yo no solo vivo de la tierra, del sol y del agua. Las necesito, y en mí, se ven reflejadas las derrotas que he sufrido en la mitad de mi cuerpo. Cuerpo consumido por la tristeza que me ha invadido en varias ocasiones. En cambio, la otra parte está llena de ilusión y en ella podéis contemplar el símbolo de mi felicidad. Como la vida misma, una de cal y otra de arena.

En las noches de tormenta cuando no puedo admirar su belleza y el cielo me castiga con rayos, truenos y descargas eléctricas, solo me queda esperar que se pase el temporal. Y, sin embargo, tendré compañía, por que daré cobijo a cualquiera que quiera ser mi amiga.

Un fuerte y radiante color verde obtendré después de la tormenta y podré verlas esta noche, La lluvia ya ha hecho lo suyo y por fin me alegra que se haga de día. Todo en mi entorno es felicidad. La tierra puede brindarle un festín a sus huéspedes y el sol, que brilla como nunca, agudiza el color de mi traje para esta noche. Será una velada única y por fin las veré.

Transmiten tanta fortaleza y plenitud que me llenan de ello. Hacen que mi escenario cambie mágicamente y no solo se limitan a iluminar. Incluso ahora disfruto de lo que antes no me gustaba, disfruto de los días maravillosos que antes solo observaba.

El color verde mío y los destellos multicolores que despiden forman el arco iris, un arco iris de cascada perfecta. El que estén aquí no es un acto de amor. Me conformo con seguir aquí y verlas de lejos, dedicándoles lo que queda de mí. Duele no ser yo la que consiga divertir, serán cosas de la vida y sus misterios.

Aquí me siento a gusto, este es mi hogar donde veo a mis amadas todas las noches. Un oasis en mi desierto que calma mi tempestad. No es el viento el que me dobla, yo me inclino ante ellas. En algún momento he tocado fondo y reflejo de ello son mis cicatrices, cicatrices que yo mismo me hice al considerarme una oveja que salía del rebaño.

Viento, pensamientos, silencio...

Lo realmente triste de la vida es que nunca apreciamos lo que tenemos. Nunca es suficiente, queremos más y más hasta que lo perdemos todo y lo realmente bonito de la vida es hacer que haya infinitas primaveras, incluso ante cualquier catástrofe que pueda ocurrir, y esto, queridos amigos, es lo que he venido a enseñaros, este árbol torcido debajo de las estrellas.
  
Perla, Acceso a la Universidad

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