El fuego de tu despertar. El resurgir de Lily.
Luces y sombras unidas
como unidad en vuelo y tierra.
El mundo gira entorno a la forma.
El Ave Fénix en este lugar,
lugar sombrío, iluminado
por esta realidad,
realidad la cual cada uno
hace verdadera a su eternidad.
Hacerse uno con las formas,
imprescindible para esta unidad,
su observación y realidad.
CARLOS, 2ºA
EL RESURGIR DE LILY
Lili, era la pequeña de cuatro hermanas, era traviesa, dicharachera,con los cabellos dorados
como el sol, le gustaba bailar, inventar nuevos juegos y aventuras, con la sonrisa más amplia
que jamás he visto, con una personalidad muy alegre y divertida, aunque tenía muchos amigos, le gustaba jugar sola. Mientras sus hermanas mayores crecían y se dedicaban a otras cosas, ella se refugiaba en un cuarto de la azotea de su casa de campo donde vivían las cuatro hermanas con sus padres.
Este cuarto de la azotea era oscuro, apenas sin amueblar, no le importaba, se sentaba en el suelo y jugaba a ser mayor, soñaba que tendría un buen trabajo, se ponía los zapatos de tacón y los vestidos de su madre, podía pasar las tardes enteras jugando en aquella habitación oscura, era feliz, cantaba y bailaba sin miedo a ser vista por nadie.
-¡Que contrariedad! pensaban sus hermanas ¿Cómo puede estar tan contenta encerrada en aquella habitación?
Ellas crecían y se hacían mujeres y se ocupaban de otras cosas, aunque siempre pendientes de la pequeña Lily.
Vivían en el campo, a Lily le encantaba despertarse con el cantar de los pájaros, con el olor a la hierba, adoraba la compañía de su perra Canela y la tranquila que sentía en aquella azotea oscura, de aquella vieja casa de campo.Se sentía muy feliz.
Lily creció y conoció grandes amigos con los que pasó su adolescencia y juventud.
Su personalidad alegre y espontánea la hicieron ser muy apreciada por sus amigos. Disfrutaba en compañía de ellos y sentía que ellos disfrutaban con ella. Su alegría contagiaba a todos a su alrededor. Con ellos vivió una juventud llena de momentos únicos, donde estrechó , con el pasar de los años, unos lazos indestructibles con sus amigos.
Y un día, llegó lo que ella tanto soñaba de pequeña, encontró un trabajo, con un buen sueldo, que le permitía una buena posición social, podía permitirse viajar, comprar un buen coche, comer en los mejores restaurantes, y hasta compró una casa, parecía que la vida le sonreía una vez más .
Con el pasar de los años, Lily, no era la misma, dedicaba gran parte de su vida a aquel trabajo, nunca tenía tiempo de nada, ya no sonreía, siempre estaba de mal humor, tenía dinero, sí, pero ¿de qué le servía si no disponía de tiempo para disfrutarlo? Sus días eran tan oscuros como aquella azotea de su infancia, solo que esta vez no se sentía tan cómoda con esa oscuridad, era incapaz de sonreír, de inventar, de soñar...
Ya no disfrutaba del tiempo que estaba a solas, no encontraba paz y alegría en aquel entorno de trabajo, se sentía inútil y humillada.
Lily sentía la necesidad de salir de aquel lugar, volver a sentirse ella, volver a cantar y a reír. Dejó el trabajo que tan buena posición social le daba y que tanto había soñado, vivió años encerrada, sin apenas contacto con sus amigos, sola de nuevo, solo que esta vez, no era feliz, así pasaban sus días desde aquel momento, arrepentida y culpándose de sus malas decisiones.
Llegó a aislarse por completo, solo se refugiaba en su casa y metida en una profunda tristeza.
Un día, decidió volver a su vieja casa de campo, la casa de su niñez, donde se crió y creció, donde pasó los días más felices de su vida con sus hermanas y sus padres. Subió hasta la azotea y entró en aquella oscura habitación, las lágrimas brotaron de sus ojos añorando quién fue. Pero aquel día lo cambió todo, como si de pura magia se tratara apareció frente a ella un hermoso ave, con plumas doradas resplandecientes, iluminando cada rincón de aquella oscura habitación, Lily secó sus lágrimas mientras aquella hermosa ave le dijo:
-Querida, lo importante en la vida, no es un buen coche ni un buen trabajo, ni el mayor de los sueldos, todo lo importante está en ti, todo lo que necesitas para ser feliz está en tu alrededor, el techo que te cobija, los brazos que te acogen cuando estás triste, los verdaderos amigos, la risa de los tuyos y los momentos que pasas con ellos. No permitas que nadie te robe la alegría, Lily, rodéate de los que te aman , ellos quieren que vuelvas a ser la que siempre fuiste. La felicidad la tienes tan cerca...
Lily, que pensó que jamás volvería a ser la misma, de repente, resurgió de entre las cenizas y y frente al resplandor del plumaje del ave, entendió lo esencial y bonito de la vida, empezó a sentirse nuevamente dichosa, dejó de lamentarse, volvió a difrutar de las pequeñas cosas, las que son las más grandes y que es ahí donde está la felicidad.
Lily ya nunca más sintió la necesidad de oscuridad, pero sigue disfrutando al maximo de la soledad y no pasa un día sin que vuelva a soñar.
ALICIA, 2ºA
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