II EDICIÓn (2019)
SIN OSCURIDAD NO HAY LUZ

Intento abrir los ojos, pero no puedo. ¿Ya? ¿Es esto el fin? ¿ Es esto la muerte? ¿Estoy muerta? ¿Cómo es posible que esté pensando? Oigo un ruido: run, run, run... ¿Qué es eso, dónde estoy? No siento dolor, todo ha desaparecido, solo quedo yo, solo estoy yo. Siento paz, mucha paz.
No, espera, eso lo siento, ¿qué es? Auuuuuuu, me duele. Oigo voces, ¿dónde estoy?
Intento abrir los ojos y me duele, dios, me duele todo el cuerpo, no puedo moverme, es como si estuviera anclada al suelo. Espera, no puedo moverme, ¿qué me ocurre?
Veo unas pequeñas luces, ¿qué son, son ángeles? Si vienen a por mí, por fin todo mi dolor, todo mi sufrimiento va a terminar, ¡cuánto lo deseo!
Perdóname, mamá, pero no aguantaba más, sé que soy cobarde por no mirar de frente a los problemas, me ha superado el dolor, los recuerdos, las pesadillas, la ansiedad. Perdóname, por no ser valiente.
No pasa nada, me siento igual, aún encima sin poder moverme. ¿Dónde estoy? ¡Mamá, mamiiiii! Grito lo más fuerte que puedo, me oigo. ¡Mamá!
Abro los ojos y me duele, esa luz, no son ángeles. Todo es tan blanco que tengo que volver a cerrar los ojos, me molesta. Estoy en una habitación blanca, con una camisa de fuerza. ¿Qué? Lloro y lloro mucho, no he ido al cielo, he ido al infierno. Chillo desesperada, siento rabia, dolor, siento que suspiro, se me cierran los ojos, ojalá y no despierte nunca...
Estoy consciente, tengo que analizar la situación, que es la siguiente: estoy en una habitación blanca, acolchada, muy blandita, por cierto. Estoy con una camisa de fuerza. Me duele todo el cuerpo, me estiro mucho, bueno estirar, lo que puedo.
¡Estoy viva! Voces... voy a callarme. Hablan, no entiendo nada, ¿me hablan a mí? Me duelen los ojos, no puedo abrirlos bien, las pequeñas luces me aturden. ¿Parece que han dicho mi nombre? estoy cansada, dejadme en paz. Intento hablar, pero balbuceo: Es...toy... can...sa...da, dejadme en paz.
Me cogen, me duele, no, por favor, dejadme aquí. Me duele, es un dolor atroz. Me suben en una camilla, han dejado de tocarme. Estoy incomodísima, no aguanto así, el cansancio me puede.
Despierto de nuevo y miro esas luces otra vez, me hacen como cosquillas en los párpados, es como que quieren que despierte. Me adapto al ambiente, veo a mi madre, pobre ¡qué desaliñada está! Y todo por mi culpa... Me mira y lloro y quiero que me abrace, pero tengo miedo, miedo al mundo, miedo a afrontar lo que ha pasado, tengo miedo al miedo.
Me acuna y yo me dejo hacer, me toca la cara, el pelo, me mira las manos, anda, estoy, tengo manos... Buena señal, tengo manos, abrazo a mi madre y con ese abrazo se lo digo todo. necesito ayuda, no sé cómo gestionar esto sola.
Nos quedamos así, un silencio agradables, un silencio tierno.
Despierto, está mi hermana y me derrumbo, me siento pequeña, no dice nada, me coge la mano y la aprieta tan fuerte que le tengo que decir: ¡Estoy aquí, estoy aquí! Hablamos, lloramos, reímos y todo es más fácil.
Estoy sola, le he pedido que se vaya. Necesito pensar, tengo mucho trabajo por hacer, ordenar ideas, organizar sentimientos, afrontar la realidad. Ver a mi gente, sé que van a respetar mi silencio.
Solo puedo darles días a partir de ahora. Todo lo que viene ahora es protocolario, firmas... Estoy preparada. Salimos por la puerta, aprieto mi mano derecha, mi mamá y mi mano izquierda, mi hermana.
Me cegó, son las luces, son hermosas. Siento el calor del sol, me siento bien, es agradable saber que sí tengo un ángel, esas luces querían que yo despertara. Lo sé no me han abandonado en todo este tiempo.
Aprieto sus manos y doy mi primer paso y lo hago pisando fuerte. Esta segunda oportunidad es porque estoy destinada a hacer pequeñas grandes cosas.
Gracias mis pequeñas luces, sois mis pequeñas hadas.
LAS PERSONAS MÁS FELICES, NO TIENEN LO MENOS, HACEN LO MEJOR DE TODO.
CATEGORÍA 3. B.
Conchi (Acceso a Grado Superior)
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